De Misiones a China en busca de un sueño: la historia de un profesor argentino

Al finalizar sus estudios, Juan descubrió los paquetes laborales que ofrece China para contratar profesionales extranjeros y decidió probar suerte en el país asiático.

Actualidad10 de febrero de 2025News ArgenChinaNews ArgenChina
Chongqing
Chongqing

Hace cinco años, el misionero Juan Martín Zayas tomó una decisión que cambiaría su vida para siempre. Recién graduado como profesor de música y sin tiempo para aprender el idioma, emigró a China con la ilusión de descubrir una nueva cultura y ampliar sus horizontes profesionales. Aunque Chongqing lo cautivó con su arquitectura moderna y la calidez de sus habitantes, Juan nunca dejó de buscar maneras de mantener vivo su espíritu argentino en la distancia.

La historia de Juan con China comenzó de manera inesperada cuando, durante su etapa universitaria en Santa Fe, conoció a estudiantes de intercambio del país asiático. Entre ellos, algunos provenían de Chongqing, la ciudad que eventualmente se convertiría en su hogar. Intrigado por sus relatos, Juan investigó más sobre el país y terminó enamorándose de su historia, su cultura y sus oportunidades laborales.

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El destino lo terminó de unir con China cuando una exnovia que había viajado a Chongqing le proporcionó información de primera mano sobre la vida en la ciudad. Poco a poco, la idea de emigrar se convirtió en un plan concreto.

Emigrar a China: las palabras de un argentino

Al finalizar sus estudios, Juan descubrió los paquetes laborales que ofrece China para contratar profesionales extranjeros. A diferencia de otros países, el sistema migratorio chino requiere que los trabajadores lleguen con un contrato de trabajo y una visa aprobada. En su caso, una empresa lo contrató como profesor, facilitándole la transición con un alojamiento asegurado.

"Emigrar a China es muy distinto a hacerlo a otros países. No se puede llegar como turista y luego buscar trabajo, hay que venir con un contrato ya firmado", explicó Juan.

Adaptarse no fue fácil. Llegó en pleno inicio de la pandemia del COVID-19 sin saber una palabra de chino. Aprovechó el aislamiento para aprender el idioma, aunque admite que todavía hay aspectos lingüísticos que le resultan complejos.

"El primer mes fue durísimo. No entendía nada, la comida me resultaba extraña y no tenía amigos. Chongqing es una ciudad enorme, con más de 30 millones de habitantes, pero no me cruzaba con ningún extranjero", recordó.

Con información de la entrevista realizada por La Voz de Misiones.

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