Estados Unidos, China y Argentina

Actualidad 06 de abril de 2021 Gonzalo Paz y Fernando Navarro Trinca
gp

La relación entre las dos potencias impacta en Argentina. Por eso, el News invita a dos destacados analistas internacionales que participaron en el evento Cooperar con China 2020 organizado por UCASAL, uno en EEUU y el otro desde Francia, para que reflexionen sobre este escenario.

Gonzalo Sebastián Paz

Pionero en el estudio de las relaciones entre China y América Latina. Actualmente profesor e investigador en Georgetown University School of Foreign Services, Centre for Latin American Studies y Kennan Fellow de Willson Center, Washington DC. Es Abogado y Master en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional de Cúrdoba y Master en Ciencias Políticas y PhD en Ciencias Políticas de la George Washington University.

Fernando Navarro Trinca 

Licenciado en Relaciones Internacionales por la UCASAL y Magister en Política y Economía China por la Universidad Renmin de la República Popular China. Ha realizado estudios de posgrado en Inteligencia y Seguridad en la ANEPE (Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos en Ministerio de Defensa Nacional, Chile) y de Política Internacional en la Universidad Santiago de Chile. Trabajó en áreas de desarrollo de negocios en América Latina en diversas empresas estatales chinas (Petrochina, Xiamen CD). Desde hace 4 años es funcionario de la Secretaría General de INTERPOL.

Fernando Navarro Trinca: - ¿Cómo analiza la descentralización entre la cooperación de Argentina y China?

Gonzalo Paz: -Me parece que esta dimensión es muy importante, más en un país como Argentina, cuya Constitución define que es un Estado federal, considerando que nuestro primer socio comercial es China, un país enorme, 3 veces el territorio argentino, una población de más de 1.4 mil millones y que sin embargo tiene una organización federal muy coordinada con un poder muy centralizado. En China hay provincias que son mucho más grandes que otros países del mundo y tienen recursos propios. Cada sector productivo tiene un entramado muy complejo. Entonces, hacer una negociación con toda China es incluso hasta difícil, porque a veces no podemos proporcionarle las cantidades que nos requieran. Por lo tanto, uniéndonos nosotros y trabajando al nivel subnacional con las distintas provincias y ciudades chinas, tenemos una escala más manejable. Creo que es una dimensión central para los que viven en el interior de la Argentina y puede ser un objetivo más práctico: tratar de achicar la escala y buscar contrapartes que estén más adecuados a nuestra realidad. Por supuesto, en general, cuando se habla de acuerdos con China, los convenios Estado a Estado son el marco de referencia para los específicos.

FNT: - ¿Hoy en día cuáles serían las dificultades que tiene Argentina para relacionarse con China? ¿Existen los marcos normativos adecuados para tener un comercio internacional fluido con China o cómo se podría mejorar?

GP: -Además de los problemas conocidos de la estructura productiva, hay otros factores para considerar. Desde la óptica de un negocio particular que queramos planificar, evidentemente debemos tener en cuenta cuál es el entorno político y legal, de los vínculos entre nuestro país y China y también el marco macro de relaciones internacionales. Las relaciones de Argentina con China en lo que va del siglo XXI se han expandido extraordinariamente. Este diálogo si lo hubiéramos tenido 20 años atrás la respuesta hubiera sido diferente. Ahora hay múltiples canales de comunicación, hay una asociación estratégica, y todos niveles de gobierno han enviado, al menos, una delegación. Una de las tareas principales de nuestra embajada en Beijing y nuestros consulados en China es estar recibiendo a estos grupos que exploran negocios.

En algunos sectores, por ejemplo, el agrícola, siempre se van desarrollando negociaciones para abrir nuevos mercados, por poner algunos ejemplos, como los arándanos, limones o las carnes. Como este comercio requiere una regulación específica, se coordina con la contraparte china y lleva años. Lo bueno es que hay una infraestructura legal y acuerdos internacional de base. Otro tema importante es la coordinación intra-gobierno y también entre sector privado y el sector público, tanto Cancillería como Producción.

FNT: - Otra variable a leer es la geopolítica. Hoy se vive una competencia comercial, arancelaria y tecnológica entre Estados Unidos y China. ¿Cómo impacta en el MERCOSUR?

GP: -El tema USA-China es un síntoma muy importante, no una causa, un síntoma de un conflicto político y económico estructural subyacente que se viene agravando en los últimos años: la guerra comercial nos hizo ver que aún en nuestros negocios privados empresariales hay repercusiones, en este nivel macro. Tenemos que tener en cuenta que a lo largo de la historia suelen haber potencias dominantes y, de vez en cuando, aparece una nueva potencia que quiere desafiar la posición status quo. Eso es la Teoría de la Transición de Poder, que es una parte de la Teoría de Relaciones Internacionales, y esos son episodios que pueden ser potencialmente violentos y son muy peligrosos, en cualquier caso. Un colega de la Universidad de Harvard, Graham Allison, estableció que en los últimos 500 años hubo 16 episodios de este tipo, de los cuales 12 terminaron en guerra, una proporción muy alta, así que son episodios poco frecuentes en la historia, pero son de enorme gravedad. En este momento estamos en uno de esos períodos en donde aumentan las fricciones entre la potencia principal y la potencia que emerge, esto es muy importante entenderlo. Estados Unidos, como potencia global tiene intereses en muchos lugares del mundo, como Medio Oriente, con temas como el terrorismo o el suministro de petróleo, que siempre han sido una preocupación de la política exterior norteamericana, pero, de forma creciente, ha habido un consenso, tardío quizás, en que relaciones con China son realmente la prioritarias y que deben convertirse en prioridad de las relaciones exteriores de Estados Unidos. Entonces, allí se está dando un entendimiento de la élite norteamericana, que excede largamente lo que fue la presidencia Trump, un consenso que ya se empezó a generar hacia final del primer periodo de Obama, se fue desarrollando, se exacerbó y se hizo muy visible con la guerra comercial de Trump. Creo que este consenso en la élite de Estados Unidos en foco sobre China va a continuar en presidencia de Biden. Habrá que ver si hay otros modos, otros estilos, otra estrategia coyuntural, pero el sentido estratégico de la preocupación, yo creo que va a persistir. Espero que haya espacio para las negociaciones porque hay temas que no pueden ser resueltos por ninguno de las dos superpotencias de manera individual, como por ejemplo el cambio climático: obviamente no puede ser abordado por Estados Unidos o por China sin concurso del resto países del mundo- 

FNT: -La Teoría del Conflicto afirma que el conflicto nunca se termina, sino que se transforma, una y otra vez, en tensiones constantes. En ese contexto global, para el MERCOSUR, cuáles serían esas oportunidades frente a esa guerra comercial que existe entre los dos países, frente a esa potencia que emerge y la que está reaccionando.

GP: -Me he dedicado muchos años de mi vida profesional a investigar qué pasa con los otros países cuando se dan estas fricciones entre una potencia dominante frente a una emergente, que quiere desplazar de su lugar de eminencia a la otra potencia. En general, la teoría es bastante pobre en recomendaciones sobre lo que deben hacer el resto de los países, normalmente caemos en que se deben alinear con uno o con otro. Hay a veces posibilidad de mantener buenas relaciones con ambos, siempre en cuando las tensiones entre ambos países no lleguen a un punto alto, pero, por supuesto, hasta que no lleguemos a ese punto, que quizás podría no llegar nunca, tenemos que mantener relaciones provechosas para nuestra economía y pueblo con ambas. La versión de la pregunta concreta con respecto a MERCOSUR creo que es muy importante, porque no teníamos esta dimensión de integración en otros procesos conflictivos en el pasado, si bien el multilateralismo regional también está en crisis como lo ha estado el multilateralismo a nivel global, pero me parece que recuperar la dimensión del MERCOSUR es central. Desgraciadamente, a veces los procesos de integración regional no han sabido acomodar las diferencias de proyectos políticos e ideológicos en cada uno de los países. Yo siempre he pensado que la integración debe ser posible entre diferentes, no solo entre iguales, porque en los procesos del MERCOSUR, como toda América Latina, si tenemos democracias, seguramente en algún momento evidentemente habrán países que estén en otro punto, siempre vamos a tener situación en democracia en que hayan distintas ideologías distintos países: no puede ser la uniformidad ideológica una condición para el proceso de integración, nosotros venimos con un deterioro muy grande en el MERCOSUR por muchos años, en el que estamos con “diminishing returns” para decirlo en inglés, yo creo que es un recurso muy importante, muy valioso que tenemos, pero debemos reconstruir un diálogo político a primer nivel con Brasil. Eso se valdría de una oportunidad muy importante, hay que reconocer algunos obstáculos muy difíciles de superar, entre otros por ejemplo Brasil que tiene enorme tamaño, un peso económico muy grande, es también integrante de BRICS, y eso genera oportunidades para líderes brasileños, permite sentarse en mesa de mucho peso como mesa de BRICS, habilita a tener reuniones regulares con China, entonces a veces Brasil no tiene un incentivo tan fuerte como tendríamos nosotros de que MERCOSUR sea un instrumento mucho más eficaz. Nosotros tendríamos muchas mejores chances si lográramos negociar de forma coordinada con China en algunas cosas, es más conveniente para China mantener diálogos bilaterales con socios menores, que, si  logramos coordinación que es muy difícil por supuesto, porque imaginémonos intereses de Brasil vs. Trinidad y Tobago o los de El Salvador, hay muchísimas diferencias. Nosotros hoy día necesitaríamos tener una “previa”, antes de cada reunión con los chinos juntarnos a coordinar mínimamente con socios regionales.

FNT: -Muchas gracias. 

 

 

 

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