Javier Mascherano: “En el fútbol chino es importante apuntar a la formación, a los jóvenes que son el futuro”

El astro del fútbol argentino, ex capitán de la Selección Nacional, contó cómo fue su experiencia jugando para el Hebei Fortune y cómo ve la situación actual del fútbol chino.

Actualidad 21 de abril de 2021 Joaquín Rabaglio
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“Mi idea era abrir puertas y no cerrarlas, ser lo que soy, transmitir todas mis experiencias, hacer mi profesión de la mejor manera posible, y no solo dejar un buen recuerdo, mostrar cómo somos los argentinos. Muchas veces nos catalogan equivocadamente en lugares, que somos soberbios, que somos agrandados, y no, en todo caso lo que sí somos, que es fuente de inspiración. Personas con mucha energía, con ganas de hacer. Esa energía, bien transmitida, ellos la saben agarrar y hacerla propia".

Es enero de 2018 y en busca de continuidad de cara al mundial de Rusia, Javier Mascherano llegó por tercera vez a China. Atrás quedó su medalla de Oro representando a Argentina en los juegos olímpicos de Beijing 2008 y una derrota 0-2 vs Brasil en la misma ciudad, en un 2014 que lo encontraba sub campeón del mundo. Esta vez, se quedó casi dos años, jugó 51 partidos y anotó un gol, gracias al Hebei Fortune (hoy Hebei CFFC), club que con apenas cuatro años de vida lo fichó en busca de su jerarquía y liderazgo provenientes de Barcelona. 

Como cierre del Ciclo de videoconferencias sobre "Oportunidades para los Deportes argentinos en China”, organizado por La Mesa China y la Dirección de Relaciones con Organizaciones Intermedias y Diplomacia Pública de la Cancillería, el ex capitán de la albiceleste brindó detalles y percepciones que cosechó en el país asiático. Su punto de vista, respaldado por su trayectoria e inteligencia, nos permite seguir en este camino que es descubrir el fútbol chino. 

Dice Mascherano que ha sido “un paso muy importante de mi vida en lo personal, he podido aprender de su cultura muchísimas cosas (…) aplico la paciencia, no tratar de volverme loco”, aunque aclara que los chinos “en lo cotidiano manejan una cierta ansiedad”. La contradicción, viva en todo ser humano, es una de las cosas que explican la realidad futbolera del país. “Es importante apuntar a un proyecto y darle continuidad, esperar 10 años, año tras año van cambiando reglas, los clubes se deben ir adaptando y no hay proyecto a largo plazo (...) de imponer una política de estado en lo que es el fútbol”.

Buscando las causas de estos cambios, Mascherano ve en la poca estructura dirigencial un factor a tener en cuenta: “Hay 2 o 3 personas a cargo del club. El presidente, quien ocupa su mayor tiempo en lo comercial, en su empresa, y abajo un General Manager que maneja el futbol, y no mucho más, no es como acá que hay 20 personas en la dirigencia. Los dueños no tienen mucho tiempo para abocarse al futbol, quieren darle un buen guiño al presidente Xi Jinping (…) pero esto es algo que van a tener que mejorar, para mantener una línea en el tiempo”.

Mientras habla, a Javier se lo escucha comprometido, y con nostalgia recuerda a “su” club, con el que se involucró en el tiempo que vivió en Beijing, aquella ciudad donde gozó del anonimato luego de 15 años. “Vos me tenés que obligar a que yo te deje algo, no solamente venir y jugar, tener charla con chicos y entrenadores juveniles (…) poder dejar un legado que se pueda seguir transmitiendo", les decía a los principales accionistas. “Los clubes más grandes, Guangzhou F.C. y Beijín Guoan, clubes con mucha experiencia, tienen academias fuera de China, llevan chicos a formarse en el exterior y vienen con otra cabeza”. 

Piensa lo que dice, no se le escapan palabras, a veces repite una esperando que venga la siguiente. Sigue hablando de la realidad de China, de su juventud. 30 años de fútbol profesional son determinantes para explicar dónde están parados. La ingenuidad en el perfil del jugador chino en este juego nuevo para ellos se complementa con muy buena técnica y atribuciones físicas. Su tono y su lógica podrían estar explicando un equipo propio o un rival. El paso siguiente, lo sabe, es ver qué hacemos con lo que tenemos, así funciona el fútbol, así funciona (a veces) la vida. “Yo apuntaría a la formación, donde ellos más necesitan, donde parte todo, los chicos que son el futuro”.

A pesar que “año tras año se viene viendo el crecimiento y tienen intención los clubes de seguir promoviendo el fútbol infantil y juvenil”, Mascherano, actualmente encargado del Departamento de Metodología y Desarrollo de juveniles en la A.F.A., cuenta que “su” club tenía dos categorías menores cuando él llegó, sub 17 y sub 15. “Conozco mucha gente española que está allá, en diferentes regiones de China, pero quizás lo deban hacer más en cuanto a los clubes, en sus propias divisiones inferiores, al final lo que los hace crecer es la competencia”. Tener ligas infantiles y juveniles dependientes de los clubes puede representar un salto exponencial para el caudal de jugadores formados dentro del país. 

Además de trabajar en la creación de centros de alto rendimiento para el fútbol argentino, Mascherano tiene su propia academia en Lincoln, provincia de Buenos Aires. A través de ella está convencido de que “siendo respetuoso, alguien que tiene ganas de involucrarse puede tener un vínculo que el día de mañana se siga sosteniendo y agrandando” ¿De qué se trata esto?

“Hacer intercambios donde vengan chicos de China a perfeccionarse en el fútbol y también armar una estructura para que entrenadores puedan ir allá a aplicar nuestra propia metodología que tenemos en la academia”, explica. La metodología es algo que lo obsesiona, o eso nos hace parecer. “No solo queremos que vos vengas acá, que traigas a los chicos, sino que aprendas la metodología, porque cuando vuelven a China deben seguir con ella. Capacitar gente para ese proyecto a largo plazo es muy beneficioso para ellos, eso tiene que ver con la capacitación para que luego puedan llevarlo a cabo (…), no hay nada más importante que el recurso humano”. 

Por último, en cuanto al fútbol profesional argentino, necesitado de ingresos nuevos, no cree que vender los derechos de TV sea potable por dos motivos: horarios y cantidad de partidos ya disponibles. Aunque “AFA ha batido récords de e-commerce en China, en cuanto a camisetas y merchandising”, lo que muestra que “hay un gran interés de ellos en cuanto al fútbol argentino”, cree.

Y agrega: “Los clubes deben ir a hacer la pretemporada allá para llevarles y acercarnos desde ese lugar, llevar los equipos más representativos, para generar un vínculo, como lo hizo Europa. Cuando yo jugaba en Liverpool (2006-2011) lo hacíamos para acercar el producto. Si creemos que ellos van a venir estamos equivocados”.

“De lo más orgulloso que estoy es de hacer bien mi trabajo y mostrarme tal cual soy desde el primer hasta el último día, más allá del muy buen rédito económico”, concluye el jugador con más presencias en la selección nacional –147 durante 15 años–, que destaca el vínculo que ha hecho con el personal de la Embajada Argentina en China, los cuales le dieron contención y acercaron algún negocio extra futbolístico que sigue creciendo.

La charla nos deja más preguntas que certezas, un indicio de vitalidad. Los dos países, parecen una pequeña sociedad futbolística que debe construirse con la suma de partidos, errores y aciertos. ¿Saben, sin embargo, que cuentan con el punto de partida imprescindible? El de ser distintos y complementarios.

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