La ley primera: dos hermanitos argenchinos unidos por las diferencias

Tommy y Peter van a la misma escuela en Buenos Aires, pero cada uno avanza y crece de una forma muy personal. Sin embargo, en sus diferencias se encuentran y se ayudan a comprender el mundo que los rodea.

Puentes - Educación 24 de mayo de 2021 Lucía Fernández
hermanitos

Mi abuela compara todo con frutales y flores. Yo comparo todo con todo, para mí la mejor moneda es la palabra. Con ella se puede decir que cualquier cosa, es lo que vos quieras casi siempre. Y en chino también.

Para mi abuela, el amargo del verdulero es un pomelo, la vecina renga el fresno seco, las chicas de la esquina se visten como lirios (铃兰), y a mí el sol me pone las mejillas como a una manzanita. Con los hermanitos argenchinos pasa igual: Tommy es una orquídea, y Peter el árbol sobre el que crece la orquídea (兰花 o 蘭花). 

Tommy, además de ser una orquídea, es superdotado. Veloz para las cuentas, los idiomas, prolijo, creativo, no dice más de tres palabras por vez... O mejor aún,  cuando hace falta decir seis, dice seis. 

En la mente y en el corazón de muchas personas, los adjetivos o cualidades de algo muchas veces se superponen o valen distinto de manera variada. Por ejemplo, Tom es superdotado, una orquídea, veloz, prolijo, y chino... A todo eso, la gente lo ordena como quiere al nombrar. Generalmente le dicen "el chino", no el genio ni todo lo demás. Orquídea no le digo porque es varón y en China las flores se usan para nombrar mujeres. Pero es una orquídea.

Vino con su hermana Sophie desde el sur cuando era adolescente. Si le preguntás qué le gusta de acá, contesta que Argentina es uno de los ciento noventa y cuatro países, sin más. Convierte todo en razonamiento abstracto, lo pesa, lo une, lo mira desde otro lugar. 

Peter es menor, nació en Argentina. Aunque no se llama Pedro, es más argentino que el Papa Francisco. Juega a la bolita y a la mancha, ama las golosinas y odia la polenta con salsa de tomate de caja. Es más, los días que hay polenta, come empanadas. 

Además de toda esa argentinidad, Peter es la tierra, la raíz, como 根 gen, la partícula que está en el medio de la palabra Argentina en chino: agenting 阿根廷. Para el oído sureño, sacarle la “r” a Argentina suena a alguien hablando con la nariz llena de mocos. 

Las orquídeas crecen mejor sobre algo, y aunque Peter es completamente distinto a Tommy, es buena tierra para crecer. Tommy es tres años mayor que Peter, o sea que la idea de que son tierra y flor es posible sólo en la palabra. Tres años es la distancia de edad justa para que se acompañen sin ocupar el espacio ni el tiempo del otro. 

En el juego oriental de Rodear, en el que cada jugador pone piedras negras y blancas en un tablero buscando cercar a los grupos de piedras del color contrario, las jugadas en contacto (poner una piedra al lado de otra del color opuesto) se consideran arriesgadas, porque un movimiento de acercamiento dota a las dos partes de debilidades y poderes. Lo saben, y los hermanitos juegan a intervalos o espacios hasta que el tablero lo permite. 

Peter negocia, intercambia, habla de más, hace bromas, mastica golosinas, guarda papelitos en la mochila hasta que se llena y recién ahí la vacía. Tommy usa cada bolsillo, sobre, folio, elástico para guardar lo que va ahí. Encuentra con su mente y sensibilidad llaves para abrir casi todo. 

¿Se ayudan ustedes? “Sí, mucho, a veces yo le pago por ordenar y él me paga para que le hable largo a alguien de parte suya. No siempre es con plata, puede ser con golosinas, tiempo, tareas, como ordenar la habitación o decirle algo a Sophie...", cuenta Peter.

“Los hermanos están para eso, para hacer sumados la menor cantidad de cosas que no le  gustan o le hacen mal a cada uno”, dice Tommy. 

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