
Los lazos culturales entre China y Argentina se consolidaron en 2022
Durante el 50º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas, ambos países se acercaron en las áreas culturales, educativas y académicas.
El sistema educativo chino busca enseñar a los jóvenes un conjunto de actitudes y valores morales en función de las necesidades y los desafíos de la sociedad, cruciales para el bienestar público. Un recorrido por su evolución a lo largo de las décadas.
Opinión 31 de mayo de 2021 Pablo BaisottiEn los últimos veinte años muchos sistemas escolares alrededor del mundo han experimentado una serie de medidas diseñadas para reorientar y/o fortalecer el papel de la educación para la ciudadanía. Desde la introducción de nuevas asignaturas escolares y temas transversales (ciudadanía, educación cívica, educación democrática, educación nacional y educación política) hasta reformas importantes de las currículas existentes. Esta educación busca enseñar a los jóvenes un conjunto de actitudes y valores morales en función de las necesidades y los desafíos de la sociedad cruciales para el bienestar público.
En China existe una educación para la ciudadanía diferente a la de Occidente. El lugar de los valores “occidentales” heredados de la Revolución Francesa presentes en la educación europea y americana, es ocupado en China por aquellos valores grupales, sociales, colectivos y espirituales ligados a la tradición confunciana. El concepto de nación tiene precedencia sobre los derechos individuales.
El curso para la educación superior llamado “Ideológico y Moral”, emitido por el Ministerio de Educación (2011) ocupa este lugar y se divide en tres partes fundamentales: el crecimiento personal; otros colectivos y yo; y el Estado, la sociedad y yo. Aquí están contenidas las normas morales básicas y las normas jurídicas para el campo de la vida privada y pública, guiadas por los valores socialistas y con altos rasgos éticos. La manifestación de estas enseñanzas apuntan a las actitudes y valores; a la participación en la vida pública como ciudadanos cualificados mediante una comprensión básica de la ley y la política; a relacionarse con otros ciudadanos y a la protección del medio ambiente. Se destaca la identificación del individuo con el Estado y la nación para crear vínculos afectivos duraderos de identidad nacional pero también se incluye una conciencia global y una visión internacional. Los objetivos del curso Ideológico y Moral hacen hincapié en las habilidades cívicas modernas pero sin dejar de lado las enseñanzas milenarias. A diferencia de los países occidentales, la vía china de la educación para la ciudadanía está basada en las relaciones comunitarias morales (entre individuos y con la nación) y no en el individualismo y los derechos políticos como un punto de partida.
Durante el período de Mao Zedong la educación para la ciudadanía en China tuvo como finalidad cultivar "nuevas personas socialistas". Suprimida durante la Revolución Cultural (1966-1976) y revivida de la mano del líder Deng Xiaoping quien emitió nuevas políticas para incentivarla. La educación comenzó a marchar como sostén, bajo la aceleración económica y la modernización socialista. En 1988 el comité central del partido comunista introdujo la educación moral en el nuevo plan de enseñanza de nueve años de educación obligatoria (seis años de enseñanza primaria y tres años de enseñanza secundaria básica).
En 1992 se publicó el esquema didáctico del curso de Sociedad en la escuela primaria. Como resultado, en las escuelas primarias surgieron los cursos de Carácter Moral Ideológico y de Sociedad. Paralelamente muchos intelectuales chinos empezaron a reflexionar sobre el papel del pensamiento tradicional chino, especialmente el confucionismo, y conceptos que giraban en torno a la moral y la armonía social. Las gigantescas reformas económicas contemporáneas necesitó la reafirmación de la necesidad de una educación patriótica y colectivista.
Con la ley nacional de Educación de 1995, escuelas y universidades debieron obligatoriamente transmitir valores como los "cinco amores" (a la patria, al pueblo, al trabajo, a la ciencia y al socialismo) y los "cinco ismos" (patriotismo, colectivismo, internacionalismo, comunismo y materialismo dialéctico e histórico). De acuerdo con la ley de Educación Superior adoptada en 1998 se debía promover el progreso ético y material socialista (art.1) puesto que el Estado adhiere al marxismo-leninismo, al pensamiento Mao Zedong y a la teoría de Deng Xiaoping como guía (art.3) para formar ciudadanos constructores y sucesores de la causa socialista (art. 4). Las instituciones de enseñanza superior, por su parte, tenían que orientarse a las necesidades de la sociedad (art. 11).
Fue en 2001 cuando el comité central del Partido Comunista chino implementó los códigos Morales Cívicos (en 2014 pasaron a llamarse Valores Fundamentales Socialistas). El objetivo de éstos fue formar generaciones que buscan la justicia, la democracia y el derecho. A inicios del siglo XXI el partido comunista comenzó a integrar los valores culturales tradicionales chinos en sus documentos y en sus políticas nacionales, tales como "gobernar la nación con virtudes" colocando un énfasis en la armonía como medio para resolver los conflictos sociales.
Para reafirmar el interés moral y cívico, en 2004 se lanzó un movimiento masivo en todas las escuelas, llamado "Quiero ser un ciudadano calificado" y los códigos Morales y Cívicos fueron combinados y actualizados. El primero de éstos siguió siendo: "amar ardientemente a la nación, al pueblo y al partido comunista chino".
El desarrollo de la educación ciudadana moderna con características chinas fue uno de los objetivos del presidente Xi Jinping. Durante una visita a la Universidad de Beijing, en mayo de 2014, explicó: “Es necesario tener características chinas para dirigir una universidad de clase mundial en China [...] No habrá una segunda Harvard, Oxford, Stanford, MIT, Cambridge, pero habrá la primera Universidad de Pekín, Tsinghua, Zhejiang, Fudan, China del Sur y otras universidades famosas”. En septiembre de 2017 funcionarios chinos del sector educativo señalaron que las seis mejores universidades de China se encontraban impulsando la educación marxista como uno de los pilares académicos. Entre estas se encontraban las primeras del ranking nacional: la Universidad de Tsinghua, la Universidad de Beijing, y la Universidad de Xinjiang.
En resumen, la vía china de la educación para la ciudadanía realizó una síntesis entre la cultura tradicional y aquellas extranjeras con la finalidad de armonizar la sociedad y promover el desarrollo económico. Sumado a ello se aplicó una férrea educación moral que por décadas se había llevado a cabo a través del curso de Moral Ideológico o las actividades de los Jóvenes Pioneros. Los estudiantes de primer y segundo grado (7 y 8 años), tenían incorporados aprendizajes tales como "amar al país", "respetar a las personas mayores y mostrar piedad filial a los padres", "ser educados", "trabajar duro y vivir sencillamente". En definitiva, la educación moral debía mejorar la calidad de vida. En las escuelas secundarias el curso ideológico/político y moral es sinónimo de educación para la ciudadanía y en éste se incluían derechos y obligaciones como medio para la educación de la conciencia pública. Los contenidos y métodos se plasmaron principalmente en los libros de texto Ideología y Moralidad.
Durante el 50º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas, ambos países se acercaron en las áreas culturales, educativas y académicas.
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